Es probable que muy pocos de nosotros haya pensado o, aún mejor, reflexionado sobre el tema del cambio climático. Generalmente, en mi ciudad –Chimbote- todo pasa por un: “qué terrible está el sol”. El discurso termina ahí, porque al parecer sólo creemos que el sol está muy caprichoso hoy en día o que se le ocurrió aumentar su calor o que a sus moléculas le han puesto un heavy metal y están chocando entre ellas de forma despiadada sin pensar en nuestro bienestar. El asunto no es tan sencillo. Lo cierto es que este aumento despiadado del calor, los cambio extremos en las temperaturas, los cada vez más devastadores desastres naturales, la escasez de agua y otras consecuencias tienen nombre propio: los seremos humanos.

Recuerdo que en la universidad, un profesor nos mostró el documental de Al Gore, Una verdad incómoda. En ese momento eso fue muy novedoso para mí. ¿El fin de la raza humana?, ¿estamos destruyendo el planeta?: pero si es tan grande, imposible. El año pasado un nuevo documental –Antes que sea tarde- nos mostró que mucho no hemos hecho para aminorar las graves consecuencias que nuestro modus vivendi está generando en nuestra madre tierra. A diario, las noticias sobre la destrucción de la capa de ozono, el aumento del nivel del mar, la destrucción de los arrecifes de coral, el derretimiento de capas de hielo, el aumento del calor, lo crudo del invierno, entre otros, llenan las pantallas de nuestros televisores pero parece que, frente a tanta noticia terrible, ésta es sólo una más.

Ahora el Perú está pasando por un momento crítico en su tiempo. El Niño Costero ha arrasado con ciudades enteras, ha destruido puentes, ha cortado carreteras, ha matado hombres, mujeres y niños. ¿Es esto “La venganza de la tierra”?, como la ha llamado Lovelock. Como ya lo han mencionado los especialistas, este fenómeno se debe al excesivo calentamiento del agua en la costa. ¿Acaso les suena a calentamiento global? Desde luego. Lo más trágico es que año a año esto va a seguir empeorando. Una amiga ingeniera ambiental me decía que la única solución ahora es adaptarnos, ya no hay mucho que podamos hacer para contrarrestar lo que está por venir.

Esto lo cambia todo es el nombre de un excelente libro de la periodista canadiense Naomi Klein. Si los peruanos no habíamos pensado en el cambio climático como un problema nacional, espero que estos tristes episodios por los que estamos pasando ahora nos obliguen a recordar este título. Es importante que reflexionemos y que pongamos en urgencia temas que tal vez nos parecían lejanos pero que hoy ya están causando estragos. Cambiar nuestra forma de vida es necesario. Recapacitar y pensar que cada cosa que hacemos deja una huella ecológica es fundamental. Nuestros hijos o nuestros nietos nos preguntarán qué diablos hicimos para que ellos tengan que pasar por momentos tan temibles como vendrán en el futuro y por qué no tratamos de evitarlos.